Los orígenes de Palma de Mallorca se remontan a la época romana, cuando se estableció como un campamento romano. A lo largo de los siglos, ha sido influenciada por los bizantinos, los moros y los catalanes, cada uno dejando su huella indeleble en la ciudad. La conquista catalana en 1229 por el rey Jaime I de Aragón fue particularmente significativa, dando forma al paisaje arquitectónico y cultural de la ciudad. Este diverso patrimonio histórico convierte a Palma en un lugar fascinante tanto para los visitantes como para los residentes.